viernes, 30 de agosto de 2013

Los alimentos transgénicos

Han generado una polémica interminable entre los defensores del planeta verde. Los científicos y la Iglesia también se han pronunciado. Usted como consumidor, ¿qué sabe de ellos?

Bien sean de origen animal o vegetal, su composición genética ha sido manipulada para aumentar su poder nutricional o su rendimiento y hacerlos más resistentes a plagas o almacenamientos prolongados.

En su mayoría fueron desarrollados por un poderoso grupo de multinacionales, encabezado por la estadounidense Monsanto y la suiza Novartis. Sus principales productos son soya, tomate, papa, tabaco, algodón y maíz. Unos resistentes a herbicidas y otros a las plagas.

EL PROCESO DE MANIPULACIÓN
Mediante técnicas que permiten transformar el ácido desoxirribonucleico (ADN) de las plantas, es posible desarrollar nuevas variedades de organismos, para bloquear características naturales que desean evitarse y potenciar otras que representan la principal virtud de la planta. Según los expertos, los objetivos primordiales son:

• Protección ambiental, por la disminución del uso de plaguicidas que aceleran la degradación del suelo.

• Ahorro de energía, pues no hay que producir ingredientes, aditivos, o tecnologías auxiliares.

• Mejoramiento de la calidad de los constituyentes de un vegetal y la tolerancia alergénica (desarrollo de productos hipoalergénicos).

EL DEBATE
Los actores del debate han suscitado gran expectativa en cuanto a sus afirmaciones. Unos desde su perspectiva política, otros en busca de un planeta verde en óptimas condiciones, y hay quienes defienden la tecnología como solución ante el inminente crecimiento de la población, pero la controversia podría no estar fundamentada del todo en precisiones científicas.

De todas formas, ante las consecuencias impredecibles, las medidas no pueden más que ser preventivas.

LO NEGATIVO
Según el Dr. Laureano Guerrero, del departamento de bioseguridad del ICA, la ingesta de estos productos por parte del ser humano, puede generar alergias, alteraciones nutritivas, disminución de las defensas y producción de estrógenos con alto contenido de plaguicidas y con variaciones en el sistema hormonal.

En cuanto a los efectos sobre el medio, señala la permanencia de compuestos tóxicos en el suelo (desde menos de una semana hasta varios años); daños en especies como peces de agua dulce, salmón y trucha, entre otras; desaparición de varios insectos y lombrices de tierra, y numerosos problemas ambientales de los que tardaríamos en recuperarnos si estos cultivos siguen proliferando.

LO POSITIVO
Los investigadores de Redepapa afirman que en las papas chips y las francesas, de mayor demanda actualmente, el contenido de grasa puede disminuirse. Los genes del almidón modificados, producen papas con alto contenido de materia seca que absorben menos aceite durante la fritura. Además, los genes de este tubérculo también pueden ser mejorados para su uso en alimentos estabilizadores.

Las papas transgénicas han sido empleadas para producir ciclodextrinas, un carbohidrato de gran valor para la farmacología y para remover compuestos alimentarios como la cafeína.

Finalmente, los investigadores resaltan la importancia del gen de una proteína que se encuentra en la leche humana, y que ha sido introducido en la papa para producir plantas comestibles que reemplacen la leche de vaca en la alimentación infantil.

INQUIETUDES ECOLOGISTAS
Elizabeth Bravo, de la organización Acción Ecológica, afirma que lo más preocupante es que aún no hay suficiente estudio acerca de estos productos. Y los consumidores los rechazan por la ausencia de información y los efectos que puedan tener en la salud y el entorno. La Brítish Medical Asociatíon(BMA) manifestó, su preocupación frente al aumento de vulnerabilidad de las personas a los antibióticos, por la creación de genes que los resisten. También llama la atención sobre el incremento de alergias y la aparición de nuevas enfermedades, como consecuencia del consumo de alimentos transgénicos.

Al respecto, el servicio informativo de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) emitió un comunicado en el que busca establecer las posibles causas por las cuales este método es rechazado:

• Dominio de las empresas transnacionales, principalmente de los Estados Unidos y de la Unión Europea, que sólo quieren aumentar sus ventas sin preocuparse de los posibles impactos negativos.

• El impacto sobre la biodiversidad: muchos temen que los cultivos transgénicos se filtren al ambiente, cruzándose con las especies silvestres. Esto contribuiría a la desaparición de la diversidad de alimentos, en particular de los que no tienen un gran mercado.

• Varios expertos en programas de desarrollo de la agricultura piensan que los cultivos transgénicos, por emplear menos agroquímicos, serán mucho más competitivos que los productos biológicos u orgánicos. Es decir, ven la transgénesis como una competencia desleal que amenaza el desarrollo de alternativas agroecológicas.

En definitiva, el debate en torno a los alimentos transgénicos está abierto, pero a ciencia cierta nadie ha dicho la última palabra.

LOS BENEFICIOS TRANSGÉNICOS
Según Santiago Carrasco, de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, la transgénica tiene muchos efectos beneficiosos:

• La papa comercial carece de buena resistencia a plagas y enfermedades como la polilla, la mosca blanca, el gorgojo y la marchitez bacteriana. Con la ingeniería genética, esto se puede modificar.

• El arroz es vulnerable a una plaga llamada anubio, necesita mejor calidad de molienda y puede mejorar su valor nutritivo en vitamina A.

• El maíz también sufre de plagas como el barrenador del tallo y necesita aumentar su valor vitamínico y proteínico.

• El algodón tiene varias plagas que lo atacan como el picudo, gusano que se come las hojas; también se podría mejorar el color de la fibra.

• Frutas como el mango, la chirimoya y el aguacate podrían ser modificadas para alargar su período de madurez y así permitir una mejor comercialización.

• Varios cultivos podrían ser usados como biofábrica de compuestos con valor agregado alto, como por ejemplo algunos para fabricar medicinas.

En sinstesis, la Biotecnología puede ser una gran aliada para combatir el hambre en el mundo. Sin embargo, desarrollada por las mismas multinacionales que vienen contaminado la agricultura desde hace más de 50 años con sus agro tóxicos, se convierte en un peligro inminente tanto para la seguridad como para la soberanía alimentaria.

Por otra parte, presentada bajo el contexto de combatir el hambre en el mundo, no deja de ser un VULGAR EUFEMISMO ya que el problema de hambre en el mundo no se debe al déficit productivo sino a la generación de riqueza: CADA DÍA HAY MÁS MISERIA EN ESTE MUNDO ya que cerca de MIL MILLONES de personas en el globo padecen de hambre crónica en un miserable mundo que bota la comida al océano para no regalarla debido al sofisma de no generar dependencia entre quienes no puedan comprarla.

Para saber más

1. Compendio de varios artículos sobre alimentos transgénicos.
2. Henk Hobbelink. Más allá de la Revolución Verde. 1987. Editorial Lerna.