viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Cómo mierda sobreviviste?

Si viviste de niño antes de los 80... ¿Cómo mierda sobreviviste?

Aquí verás las cosas peligrosas que tuvimos que pasar para llegar al siglo 21. Realmente si uno lo piensa, se dará cuenta que es un verdadero milagro seguir viviendo.

De niños andábamos en coches que no tenían cinturones de seguridad, ni bolsas de aire, ni sillitas de niño...

Colgarse de la caja de la camioneta de reparto o ir en la plataforma del autobús era un paseo especial y todavía lo recordamos.

Nuestras cunas estaban pintadas con brillantes colores... de pintura a base de plomo, cuyas barandas se bajaban de repente y si no poníamos cuidado nos íbamos de jeta. No teníamos tapas con seguro contra niños ni en las botellas de medicina, ni en los enchufes, ni en las puertas.

Cuando andábamos en bicicleta jamás usábamos casco. Tomábamos agua de la manguera del jardín y no de una botella de agua mineral.

Gastábamos horas y horas construyéndonos carritos de chatarra y los que tenían la fortuna de tener calles inclinadas los echaban a andar cuesta abajo y en la mitad se acordaban que no tenían frenos. Después de varios choques contra los matorrales o contra los árboles, aprendimos a resolver el problema, frenando contra el cordón de la vereda y con la zapatilla o la alpargata del otro lado. ¡ Sí, nosotros chocábamos contra los matorrales o con árboles, no con autos !

Salíamos a jugar con la única condición de regresar antes de que comenzara a anochecer.

El colegio duraba hasta el mediodía (no había doble jornada) y entonces podíamos llegar a casa a almorzar (los que iban a la tarde comían más temprano). Si la maestra nos ponía en penitencia, jamás una madre iba a ir al colegio a quejarse (el padre sólo era quien firmaba los boletines) de lo contrario... ¡ nos daban una paliza por habernos portado mal !

No teníamos celular... así que nadie podía saber por dónde andábamos. ¡ Impensable !

Nos cortábamos, nos rompíamos un hueso, perdíamos un diente, pero nunca hubo una demanda por estos accidentes. Nadie tenía la culpa sino nosotros mismos. Así aprendimos lo que era la responsabilidad.

Comíamos bizcochitos, pan con manteca o con dulce de leche, tomábamos bebidas con azúcar y nunca teníamos exceso de peso... porque siempre estábamos afuera jugando.

Compartíamos una bebida entre cuatro... tomando en la misma botella y nadie se moría por esto.

No teníamos Playstations, Xbox, Nintendo 64, Juegos de video, plataformas en streaming, 200 canales de televisión por cable, videograbadoras, sonido surround, teléfonos inteligentes, computadoras, chatrooms en Internet... Sino que TENÍAMOS AMIGOS.

A las casas de esos amigos íbamos en bicicleta o caminando. Al llegar tocábamos el timbre o entrábamos sin previo aviso. Los encontrábamos y salíamos a jugar juntos en la calle, sin necesidad de que nadie nos cuidara. ¡ Ahí, afuera ! ¡ En el mundo cruel ! ¡ Sin un guardián !

Jugábamos al fútbol, a las escondidas, a las canicas, a las figuritas, a la rayuela, a las carreras de autos... Si había que formar equipos, pisábamos y si alguno no llegaba a ser elegido y quedaba por fuera, no se le creaba ningún trauma sicológico.

Algunos alumnos no éramos tan brillantes como otros. Cuando no aprobábamos el grado no nos mandaban al psicólogo ni al psicopedagogo porque no teníamos dislexia, ni problemas de atención, ni hiperactividad. Simplemente repetíamos el grado y teníamos una segunda oportunidad.

Si en una fiesta (que era en una casa) te emborrachabas, tus amigos te dejaban en la puerta de tu casa, tocaban el timbre y salían huyendo.

Si cometías alguna imprudencia y terminabas en una Comisaría, llegaba tu papá y te sacaba la cresta. Nadie de Derechos Humanos presentaba un recurso de amparo a tu favor, los tombos mas bien se cagaban de la risa y uno terminaba apechugándose.

Cuando tus padres te retaban por alguna cosa, no los demandabas por violencia intrafamiliar, sencillamente te quedabas callado y pensabas: ¿ la habré cagado ?

Teníamos libertad, fracasos, éxitos, responsabilidades... y aprendimos a manejarlos.

¿Eres tú uno de esa generación? Si lo eres, muéstraselo a la gente más joven para que sepan como éramos antes. Seguro dirán que éramos unos aburridos pero...

¡ QUÉ HP… ÉRAMOS MUY FELICES ASÍ !

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios. Si deseas contactarme internamente, hazlo a través de mi correo-e